Siempre que los Guerreros de la tribu Kashi hagan daño de combate a una criatura, gírala y esa criatura no se endereza durante el próximo paso de enderezar de su controlador.
Los orochi y los monjes siempre tuvieron un acuerdo tácito: vive y deja vivir. Pero cuando los kami comenzaron sus ataques, algunos jóvenes guerreros comenzaron a cuestionar ese acuerdo.